26/7/09

"Lechéalo..."

Andaba yo disfrutando de los últimos días de mis NO-VACACIONES, cuando se me terminaron de cruzar los cables. En un acto impropio de mi y solo por el único bien como fin, de encontrar la suprema inspiración, cogí los 30.000 euros que había venido ahorrando en los 5 años que llevo colocando compresas y tampones en estanterías y me remolque a lomos de mi bicicleta BH en busca de un hotel apartado en Las Hurdes, para buscar una experiencia solitaria y definitiva. Hable con mis padres y les avisé que ya era demasiado angosto soportar casi 25 años entre 4 paredes y unos 7 u 8 sin ver una playa o una montaña de nieve. Asi que me lancé a la aventura, y recorri los "nisesabe" kilómetros que separan mi casa del "Hotel Los Angeles" (para más info aquí http://www.hotellosangeleslashurdes.com/), con un cargamento explosivo de psicotrópicos en mi cesta y muchas ganas de despejar mi cerebro en busca de nuevas criaturas con las que adornar los textos de Aneural.

Cogí también un par de compact-disc falsos, uno sin portada y otro con portada amarilla con objeto femenino chungo, de un puto grupo extraterrestre cuyo nombre ni recuerdo. El caso es que, sirviendo como aclaración, me es más fácil escribir cosas cuando escucho música al mismo tiempo, imaginando escapes, situaciones, nostalgias o cualquier maldita cosa que pueda servirme. Asi que aquellos discos para mi solo tenían esa función en mi escapada (en principio). Al llegar al hotel, me instalé y le eché unas caladitas a algo que me había pasado un pabo con perilla y pies torcidos, mientras veía por la tele "La Dolce Vita" de Federico Fellini. Un tipo me visitaba a menudo en mi habitación trayéndome unos riquísimos croissanes, mientras yo me dedicaba a telefonear a algunas amigas y a exparcir toda la habitación con un aerosol anti-mosquitos. Empecé a escribir con el disco sin portada de fondo, y no me encontré a mi mismo en ningún puto momento. Todo lo que me salía era puro y duro pan duro. Estaba desquiciado, pensando en que aquella experiencia no me iba a dar resultados, asi que después de hincharme a croissanes, y ya siendo cerca de las 10 de la noche bajé al bar del Hotel a tomar unas copas, y con un poco de suerte encontrarme algún pabito raro que me llamase la atención al que poder vigilar y con el que imaginar situaciones a la hora de escribir no fuese demasiado complicado. El caso, es que en aquel bar, había un tipo rubio de pelo sucio que siempre estaba de espaldas a mí. Vestía con ropas guarras y rotas y, aparentemente, como yo, parecía estar solo. El caso es que a veces lo observaba como si hablara con alguien más. Pero allí no había nadie más. Eso fue lo que me hizo coger un poco de miedo y no acercarme a él para verle el rostro.

Acabé de echarme unos tragos, y subí un poco moco a la habitación dispuesto a ponerme manos a la obra con las letras, a ver si me llegaba algo de luz. Me puse el disco de portada amarilla con dibujo femenino raro y, simplemente, mi imaginación echó a volar. Escribi toda la noche sin parar con ese disco de fondo de manera compulsiva. Algunos títulos que salieron de estas entrañas fueron:

"Catolic Hot Love"
"Stairs to the Sky"
"They've put you the double dick"
"Salamandra meets Tetsuo"
"Cold girl with sunglasses of cum"
"Did you marry with a horse?"
"Sea of milk"

"Mar de leche" fue la última canción que escribi, cuando por culpa de tanta densidad de sustancias, ruido y dolor de brazo (doble sentido), me quede absolutamente dormido sin darme ni cuenta...
Apenas puedo recordar el tiempo que pasó entre cuando cerré mis ojos y cuando los volví a abrir, pero lo que si recuerdo es la inolvidable estampa que presencie al despertar.
Justo encima de la mesa donde escribía había un tetra-brik de leche con un envase de color totalmente negro. En la pared había un lagarto pequeño de color rosa escalando, saltando y cayéndose. Y lo mas curioso de todo es que el tipo rubio que había visto en el bar aquella noche había abierto la habitación y se encontraba de pie estático al lado de la puerta contemplando mi aturdido despertar. Yo vi al lagarto y me asuste. Me dan mucho miedo los bichos (dicen los más viejos del lugar que casi bato el record del mundo de salto de altura con mis potentes gemelos cuando en el colegio me gastaron una broma metiéndome un cangrejo dentro de la camiseta). El caso es que, pasaron los segundos, y ya no sabía quien me aterraba más, si el lagarto o el tipo de pelo largo rubio y sucio, el cual no pude identificar de ninguna manera primero porque llevaba gafas de sol puestas y segundo porque no medió palabra durante esos eternos instantes en los que yo no sabía ni que hacer.

El bicho me estaba poniendo cada vez más nervioso con sus ágiles saltos, hasta que el rubio de vaqueros rotos se arrancó y me dijo: "Lechéalo...".
Simplemente decía eso. Yo no entendía nada y el sudor ya casi me cubría el 100% de mi piel. "Lechéalo.." seguía soltando lo mismo el tipejo, hasta 5 o 6 veces. Al final, y sin mucho mérito por mi parte dadas las circunstancias, deducí que debía coger el litro de leche de la mesa y rociarlo sobre el lagarto como si fuese gasolina en un suicida que se quiere inmolar. Me temblaba el pulso pero aquel tipo no contestaba a mis preguntas. Solo decía "Lechéalo...". Cogí el tetra-brick y lancé un chorro de leche PeterNorthiano sobre el puto reptil de los cojones que me dejó un resultado asombroso. El lagarto se desintegró como si estuviese vertiendo ácido sulfúrico sobre él. Me quede flipando ante mi cruel asesinato de un pobre lagartito que solo saltaba... (saltaba... saltaba...). El tetra-brick asesino se me cayo al suelo y cuando giré mi cabeza, el tipo rubio ya no estaba y el disco de portada amarilla con objeto femenino chungo se había parado en la octava canción...

2 comentarios:

  1. Lo sabía, todo fue una mentira. Esas piernas que se insinuaban sobre el suelo a través de aquella tétrica ventana no eran las de ÉL. Seguro que ha sido mucho más feliz estos 15 años retirado en las Hurdes. Me gustaría haber compartido contigo tan grata visita.

    Yo estos días tambien he tenido mis profundas experiencias en allí donde Quevedo durmió entre rejas. Anoche me bailé unas jotas a ritmo de Hardstyle y Dub-Hardcore y vengo con un punto de vista lo suficientemente amplio y experimental como para que Aneural asesine musicálmente a quien se le ponga en medio. ¡Y con todas las facilidades que te ofrece ser un guitarrista punki!

    PD. Tengo una historia parecida a la tuya en la que una lagartija es víctima de una brutal tormenta de ácido nítrico. Además las cámaras fueron testigo del suceso. Amazing!

    PD 2. Ardo en deseos de que te desplaces hasta nuestra base de operaciones. Estamos en contacto.

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  2. Dios está con vosotros... aunque alomejor no con el guitarrista punki, pero almenos siempre queda el perro de Dios, ¿no?

    PD. La lagartija volverá retornando un apocalipsis now y como en "Se lo que hicisteis..." aniquilará despiadadamente a a aquella "lluvia nítrica".

    PD: horror punk and more

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