Ha pasado un año y medio desde la última vez que escribí en este blog. Y sigo aquí. Mejor dicho, seguimos aquí. Han cambiado muchas cosas. He cambiado un poco yo también. Lo sé. Los acontecimientos me han precipitado hasta este punto sin retorno. Pero cuando lo enfoco desde el punto de vista musical, casi nunca me importa. No creo que
Kurt Cobain escribiese una canción como "
Something In The Way" en un momento la ostia de feliz. Y esa era una gran canción. Las cosas son como son, y en la vida se pagan precios muy altos a veces, más de lo que nos gustaría. Es en esos momentos (como éste que atravieso yo ahora mismo y desde hace semanas), cuando creo que hay que explotar la creatividad musical hasta los extremos que puedan permitirte tu cuerpo y tu mente, y sacar el mayor positivismo de tu mayor pasión, si esa pasión es la música.
Cuando las cosas están chungas y hayas o estés atravesando una época difícil y jodida, es cuando más conviene explotar tu faceta como músico y creador, siempre y cuando te guste hacerlo. Seguramente muchos y muchas no compartan mi opinión, pero yo siento las cosas así. Y
Aneural es mi mayor bálsamo en esta vida para escribir, componer y crear en definitiva. Lo ha sido siempre. Los que me conocen lo saben. He luchado por tener otras vidas y conocer otros mundos. Juro que mil veces he intentado ser una persona distinta a quien soy, pero soy un puto inadaptado, y al final acabo cagándola siempre, lo reconozco. Siempre me equivoqué y los precios a pagar son altos como he dicho antes. Demasiado altos. No me gustaría sentirme todos los días de mi vida así, hasta el momento en el que me vaya al otro barrio, pero al menos la música y las letras que Gabi y yo llevamos creando en las últimas semanas son ricas en sentimientos, duras y bellas a la vez, y sobre todo, honestas, y eso me hace sentir plenamente satisfecho. De veras. Aunque me falten muchas otras cosas. Los mejores momentos musicales son los que nos están saliendo ahora, porque sencillamente nos salen del corazón, aunque seguimos teniendo nuestro punto visceral-enrevesado. Pero no hay mejor sensación que esa a la hora de componer música en un grupo. Os lo juro.
Tengo claras muchas cosas sobre la vida, pero otras no tanto. No se que clase de persona quiero ser a veces. No se cuanto amor más puedo ser capaz de dar después de todo lo que he vivido en estos casi 27 años. Quizás viva sólo por y para la música ya en lo que me resta de vida, y no sería una condena tampoco vivir así, cuando te mentalizas lo acabas haciendo hasta por placer, pero quizás no sea ese tampoco mi destino. Mi máquina de construir sueños está francamente estropeada y de ella salen ya únicamente notas musicales, ritmos y voces. Después de todo lo que he fracasado en ciertos aspectos de esta vida, este vacío me hace pensar en música las 24 horas del día, tal y como le pasaba a
Charles Manson. Mi problema es que casi siempre las cosas me saben a poco. Me cuesta mucho encontrar algo especial en este mundo. Pero últimamente siento, como los sonidos que nos salen a Gabi y a mí son sencillamente especiales. Aunque sean tristes. Y quiero grabar el disco de música más honesto posible, y si tiene que ser de paso el disco más triste de la historia, pues lo será, pero será simplemente una consecuencia de todo lo que nos pasa o nos ha pasado en nuestras vidas, sobre todo en los últimos tiempos. Eso si que lo tengo claro.
No me cansaré jamás de darle las gracias a Gabi, aquí y allá, por el enorme curro que se pega con las máquinas y por su capacidad por mejorar cada cosa de cada canción y por superarse a sí mismo musicalmente cada día. Por aguantarme y tener tan en cuenta mis ideas como las suyas. Muchos saben que tener un grupo y tomárselo en serio no es nada fácil, pero las cosas con él son casi siempre sencillas y muchas veces, hasta mágicas. Y ojalá no cambies nunca esos aspectos de tí y vayamos con todo hasta el final, para morir con las botas puestas.
Anímicamente, este momento que atravieso no es el que hubiese deseado tiempo atrás. Lo sé. Seguramente sea mejor persona de como me pinto. O seguramente la cosa no este tan negra como creo que está. Y ojalá todo mejore y la situación cambie pronto, y haya un millón de nubes azules poblando mi estómago, pero dentro de lo que es este estado emocional, al sentarme en esa silla al lado de Gabi y observando todas las emociones que tengo dentro de mí para dar todavía, aún a veces soy capaz de transportarme hacia una dimensión de honestidad y de bienestar, y sobre todo, de seguridad en lo que creo y en lo que compongo. Tocar un instrumento y que se te ponga la carne de gallina no es nada fácil. Llorar mientras cantas o simplemente mientras escuchas música tampoco. ¿Como esta puta vida puede ser tan maravillosa y perra a la vez? Ojalá una sola de las notas de nuestro futuro disco le guste y le emita sensaciones positivas a alguien. Aunque hagamos música para nosotros, sin las experiencias y sin el resto de habitantes que han poblado y dejado huella en nuestras vidas de mejor o peor forma, esto no tendría ningún sentido. Ojalá aquel o aquella que nos escuche sienta algunas de esas notas y letras como partes de él o de ella. Uno de mis sueños estará cumplido entonces.
Gabi y yo nos estamos tomando nuestro tiempo. Aunque parezca mentira llevamos 2 años haciendo pruebas de sonido en las que habremos grabado como 15 o 20 canciones de todo tipo, pero seguramente casi ninguna forme parte del disco. Grabar un disco entre tan sólo dos personas puede hasta ser frustrante a veces. Es difícil, pero a la vez es reconfortante ver cuanto hemos mejorado en este tiempo, sobre todo en aspectos técnicos y en saber transmitir emociones sin ser tan cerebrales como antiguamente. Intentaremos que el disco de
Aneural esté listo lo antes posible. De verdad que así lo espero. Hasta pronto amigos.